El Arte visigodo y Oriente.
A la muerte del último apóstol, sobre el año 96 E.C., Juan, la apostasía creció con rapidez dentro de la comunidad cristiana. Durante la época de los apóstoles, los que dirigían los asuntos era un Cuerpo Gobernante compuesto por los apóstoles y los ancianos de la congregación de Jerusalén. Posteriormente, al parecer superintendentes u obispos representantes de una región y de otra se reunían en concilios para dirimir asuntos.

Will Durant declara: “El mismo Celso (opositor del cristianismo que vivió durante el segundo siglo) había señalado con sarcasmo que los cistianos estaban ‘divididos en muchísimas facciones, pues cada individuo deseaba tener su propio partido’. Para 187 (E.C.) Ireneo señaló veinte variedades del cristianismo; cerca de 384 (E.C.) Epifanio contó ochenta” (The Story of Civilization: Part III-Caesar and Christ).
El historiador Will Durant esplica: “La Iglesia adoptó algunas costumbres y formas religiosas que eran comunes en la Roma precristiana (pagana)…la estola y otras vestiduras de los sacerdotes paganos, el uso de incienso y agua bendita en purificaciones, el encender velas y una luz eterna delante del altar, la adoración de los santos, la arquitectura de la basílica, la ley romana como base para la ley canónica, el título de Pontifex Maximus para el sumo pontífice, y, en el siglo IV, el latín como idioma(…)Pronto la fuente de orden y la sede del poder en las ciudades serían los obispos, más bien que los prefectos romanos; los metropolitanos o arzobispos apoyarían, si acaso no reemplazaban, a los gobernadores de las provincias; y el sínodo de obispos tomaría el lugar de la asamblea provincial. La Iglesia Romana siguió en los pasos del estado romano” (The Story of Civilization: Part III-Caesar and Christ; La Hsitoria de la Civilización: Parte III.- César y Cristo).
En medio de todo esto va evolucionando el arte Paleocristiano y de este surgiran otras muestras como el bizantino, copto, carolingeo, o el que hoy nos ocupa, el bizantino.
El monumento visigodo auténtico más antiguamente conocido en España es la pequeña iglesia de San Juan de Baños de Cerrato, en Palencia, en la que hay una lápida que recuerda haber sido dedicada por Recesvinto en el año 661. Es una iglesia de tres naves separadas por arcos y columnas, con un pórtico en la fachada. Según excavaciones practicadas, la planta primitiva tenía tres ábsides cuadrados, formando los laterales como capillas, completamente aisladas. Son los compartimientos llamados Diaconium y Prothesis de la liturgia primitiva: el uno servía para vestirse los diáconos y el otro para preparar el pan sin levadura las vírgenes de la congregación.

La enorme riqueza de frisos esculturados que contiene esta iglesia (arco de ingreso, arco triunfal, ábside central, recintos laterales, etc.) es desconocida en los demás países de Occidente, para la arquitectura de esta época, y sólo encuentra comparación posible en monumentos coptos o siríacos. El hieratismo de las figuras y los mosaicos recuerdan el arte copto y paleocristiano. Lo mismo sucede con el arco de entrada en el porche, seguido de una puerta interior adintelada, que sólo tiene precedentes en las grandes catedrales sirias de Turmanin y Kalb Luzeh. En cambio, los capiteles de las columnas de San Juan de Baños son del mismo tipo corintio bárbaro de los capiteles de las Galias.

Otro monumento visigodo en perfecto estado de conservación es la iglesia de San Pedro de la Nave, en la provincia de Zamora, de finales del siglo VII Tiene columnas adosadas a los pilares cuadrados que constituyen el elemento de sustentación de la iglesia, cuando éstos se hallan en lugares de especial importancia, como son los cuatro ángulos del crucero y el arco triunfal del presbiterio. Entonces esas columnas están coronadas con capiteles historiados, importantísimos para estudiar el desarrollo de la escultura de esa época. El capitel propiamente dicho contiene “historias” de derivación paleocristiana (Daniel en el foso de los leones, el sacrificio de Isaac, etc.) y lleva inscripciones explicativas, que hacen pensar que sus modelos son coptos o siríacos. Encima de cada capitel hay unas impostas con tallos vegetales enroscados, dentro de cuyas curvas aparecen pájaros y cuadrúpedos que recuerdan los que figuran en los medallones de los tejidos bizantinos y sasánidas.

Del siglo VII son también dos pequeños santuarios: el de Quintanilla de las Viñas, en Burgos, con profusa decoración de relieves con temas cuya directa filiación sasánida parece indudable, y el de Santa Comba de Bande, en Orense, con planta de cruz griega de uno de cuyos brazos sobresale el ábside cuadrado, en forma semejante a varias iglesias de Asia Menor. Restos de otras edificaciones religiosas visigóticas abundan en toda España: en Toledo, Mérida, Córdoba, Barcelona, Tarragona, Tarrasa, etc.